Extraño los gustos sencillos.
Extraño la simpleza de lo cotidiano.
Extraño las noches de charla.
Extraño las madrugadas en aquel silencio que nunca fue incómodo.
Extraño las lecturas, las imágenes y los sonidos.
Extraño el humo del tabaco y las ganas de ganar
Extraño el andar por las calles al mismo ritmo.